Secretaría Distrital de la Mujer

Ligia Inés Álzate, ejecutiva de la Central Unitaria de trabajadores CUT y actual directora del departamento de juventud y niñez de dicha Central, lleva más de 40 años en el mundo sindical trabajando el enfoque de género y potenciando fuertemente el derecho laboral de las mujeres jóvenes. Se unió al sindicato cuando tenía 19 años buscando respuestas a las inquietudes que le generaba las condiciones laborales de su primer empleo como maestra, “Me pagaron mi primer mes de trabajo con dos botellas de aguardiente que tenía que cambiar en la tienda por dinero. Ahí me empecé a cuestionar sobre los derechos de la clase trabajadora”, y desde ese día decidió labrar un camino sindical, que no ha sido fácil, pero que le ha dejado la satisfacción de algunas apuestas conquistadas.  

Como sindicalista, Ligia Inés valora el papel histórico de las mujeres en el mundo laboral “históricamente las mujeres nunca hemos sido reconocidas como trabajadoras, se nos han vulnerado nuestros derechos, no se nos reconoce ni remunera justamente. Cuando las mujeres ingresamos al mercado laboral tenemos una doble jornada, la que realizamos en nuestros lugares de trabajo y la que realizamos en el hogar”, y por eso, quiere que este primero de mayo, Día Internacional del Trabajo, sea una fecha en la que se hable de igualdad, equidad e inclusión real de las mujeres en el campo laboral.

Recordemos que desde 1914 se conmemora en Colombia el 1 de mayo, fecha en la cual más de 3.000 personas, en la mayoría artesanos, desfilaron en Bogotá desde la Plaza de Bolívar hasta el barrio La Perseverancia para hacerse notar y decirle al país que una clase obrera estaba naciendo. En este proceso, las mujeres ocuparon un papel importante, no solo porque conformaban una alta proporción de los obreros del país, sino porque participaban en las celebraciones, algunas como organizadoras y otras como luchadoras en huelga. Los nombres de Elvira Triviño y María Cano se hicieron presentes al ser elegidas como la “flor del trabajo” en 1924 y 1925 respectivamente; a Cano, por ejemplo, se le considera la primera lideresa política del país que encabezó la convocatoria y agitación de las huelgas obreras, defiendo los derechos de la clase trabajadora y los de las mujeres. 

Ligia Inés tiene la certeza de que laboralmente se ha avanzado, por ejemplo, en el reconocimiento de todas aquellas mujeres que pertenecen a la Economía del cuidado y aplaude que se mida el uso del tiempo y su contribución a la economía del país. También sabe que la juventud trabajadora ha venido asumiendo la corresponsabilidad familiar y distribución equitativa para romper los techos de cristal, pero es consciente de que todavía queda un largo camino por recorrer, sobre todo para que las mujeres puedan ocupar cargos de decisión y de liderazgo “En el mundo sindical también ha sido difícil que las mujeres sean presidentas, tesoreras o fiscales, aún hoy son más hombres los que ocupan cargos directivos, pero ahí estamos, persistiendo y apoyando. Las mujeres somos buenas lideresas sindicales, nos hace falta una presidencia para crear sindicatos propositivos, convenciones y pliegos con enfoque de género que hablen de igualdad, equidad y mejor distribución de la riqueza”. 

Este primero de mayo, por tanto, debe ser un grito de justicia y tiene que servir para erradicar la violencia de las mujeres en el sitio de trabajo “no se puede dejar desprotegido a ningún trabajador, pero son más las mujeres acosadas sexualmente que exigen un ambiente laboral libre de violencias y condicionantes, diciéndole NO a la discriminación salarial”.