Históricamente la representación de las mujeres en cargos de elección popular ha estado limitada a partir de la división sexual del trabajo y de los roles de género tradicionales.
Luego del resultado del cuarto debate en la Cámara de Representantes de la reforma política para lograr la paridad de género en listas cerradas con alternancia de mujer – hombre, u hombre - mujer para las elecciones y la participación de un 50% de la mujer a partir de 2019; vemos con preocupación el hundimiento del acto legislativo que permitiría un ejercicio de avance y garantía en el derecho a la participación y representación de las mujeres.
Históricamente la representación de las mujeres en cargos de elección popular ha estado limitada a partir de la división sexual del trabajo y de los roles de género tradicionales en los que se ha asignado a las mujeres ocupar el espacio de lo privado, mientras que a los hombres el espacio de lo público, es por esto que la paridad política es un ejercicio de igualdad y reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres que tienen los Estados.
La Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, CEDAW, ratificada en 1981 por Colombia, establece la necesidad de que los estados tomen “todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la vida política y pública del país y, en particular, garantizarán a las mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a:
a) Votar en todas las elecciones y referendos públicos y ser elegibles para todos los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas;
b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales;
c) Participar en ONG y asociaciones que se ocupen de la vida pública y política del país.”
La representación de las mujeres en las diferentes instancias de los gobiernos es importante, relevante y necesaria ya que marca una diferencia, se ha comprobado que cuando las mujeres se encuentran en los espacios de decisión política o cuando hay paridad, se promueven políticas públicas, leyes y cambios que impactan de manera favorable en la sociedad. La participación y representación de las mujeres es considerada vital para la construcción de una sociedad y como camino para buscar y concretar la igualdad de derechos y oportunidades que permitan avanzar hacia la equidad. Además, es una apuesta por la concreción de un proyecto de sociedad, de nuevos sentidos y prácticas de la política desde los cuales la voz, propuestas y acciones de las mujeres en su heterogeneidad y la de grupos sociales hasta ahora excluidos, sean recibidas y valoradas adecuadamente.
Es por esto que instamos a continuar trabajando por la eliminación de las resistencias a la participación y representación real y efectiva de las mujeres, las cuales persisten en los partidos políticos donde prevalecen intereses que reproducen las barreras culturales que obstaculizan la acción política de las mujeres y su reconocimiento como ciudadanas en ejercicio pleno de sus derechos.
De igual manera reconocemos la labor del legislativo para que en el siguiente periodo electoral las mujeres desde sus distintas diversidades puedan participar efectivamente eligiendo y siendo elegidas y así garantizar su derecho a la participación y representación política.
Suscriben:
Vicepresidencia de la República
Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer
Secretaría Distrital de la Mujer de Bogotá
Secretaría de las Mujeres de Medellín
Secretaría de las Mujeres, orientaciones sexuales e identidades de género de Pasto
Secretaría de la Mujer de Villavicencio
Secretaría de Equidad de Género de Cali
Secretaría de la Mujer de la Gobernación de Cauca
Secretaría de Género e Inclusión Social de la Gobernación de Nariño
Secretaría de la Mujer y Equidad de Género de la Gobernación del Atlántico