Cada 22 de julio se conmemora el Día Internacional del trabajo doméstico que se estableció de manera oficial en 1.983 en Lima Perú, en el II Encuentro Feminista.
Cada día en todos los espacios que habitamos, tales como la casa, el trabajo, los lugares donde desarrollamos actividades educativas, culturales, recreativas, sociales, hay personas que se dedican a labores de cuidado y bienestar: mantenimiento y limpieza de los espacios, preparación de alimentos, reparación y decoración locativa, compra y preparación de alimentos, pagos o trámites, lavado y arreglo de ropa, formación y cuidado de las niñas y los niños (traslado al colegio y ayuda al desarrollo de tareas escolares), cuidado de las personas mayores y/o enfermas, servicios a la comunidad para coordinación de acciones por el bien común, ayudas no pagadas a otros hogares de parientes, amigas y amigos. Estas actividades hacen parte del trabajo doméstico y son fundamentales para el mantenimiento de la vida de todas y todos, la organización del hogar y la mejora en la calidad de vida de la sociedad.
Cada 22 de julio se conmemora el Día Internacional del trabajo doméstico que se estableció de manera oficial en 1.983 en Lima Perú, en el II Encuentro Feminista,para reconocer la contribución de las labores de las mujeres en los hogares, actividades que siguen siendo objeto de discriminación, sobre todo desde el punto de vista económico.
En Bogotá, las mujeres utilizan en promedio 7 horas y 43 minutos diariamente para las tareas del hogar, mientras que los hombres utilizan 3 horas y 39 minutos. Asimismo las mujeres gastan en promedio 3 horas, 13 minutos más que los hombres en todas las actividades remuneradas y no remuneradas que desarrollan.
Esta diferencia en el tiempo de trabajo no remunerado entre mujeres y hombres significa una transformación en el acceso de las mujeres al mundo laboral (cada vez las mujeres participan más en el mundo del trabajo), lo que no ha significado una transformación en la responsabilidad compartida entre hombres y mujeres del trabajo doméstico.
Las mujeres tienen dobles y triples jornadas de tiempo dedicado al cuidado en el hogar, lo que las pone en condiciones de desigualdad: menos horas de descanso; mayores dificultades para continuar con procesos de formación; menos tiempo para participar con liderazgo en procesos comunitarios, empresariales o sociales; menos tiempo dedicados a ellas mismas.
Trabajar para promover la redistribución de roles del trabajo doméstico y de cuidado entre quienes integran la familia, y el reconocimiento y garantía de los derechos de las mujeres, es una meta del Plan de Desarrollo Bogotá Mejor para Todos desde donde se busca “Aumentar en al menos 1 hora el promedio de horas a la semana dedicadas por los hombres a actividades domésticas no remuneradas”. Para ello actualmente se desarrollan acciones de promoción y empoderamiento para las mujeres, formación en su ejercicio de participación y representación ciudadana, acciones dirigidas a la dignificación del trabajo para las mujeres y la promoción de masculinidades alternativas, que ayuden a esta necesaria transformación.
En Bogotá, ¡Mujeres iguales en Derechos!